domingo, 12 de diciembre de 2010

La herencia guanche

Uno entiende que en un periódico como El Día, sin duda el de mayor difusión en la isla de Tenerife, deberían tener en cuenta el daño que se les puede hacer a los isleños a través de una línea editorial, muy mantenida en el tiempo, que enarbola una bandera con los colores del independentismo y la consabida búsqueda de señas de identidad que puedan ser utilizadas a favor de un separatismo extremo que responde a conocidos intereses particulares y políticos. No resulta novedoso, al menos para los que de vez en vez buceamos en las páginas de los últimos estudios realizados por reconocidos especialistas de la ULL, ese intento repetido en defensa de una canariedad construida -o, mejor, inventada- en base a intereses económicos, políticos y como alimento del ego del que pretende estar en la cumbre del cuarto poder sin haber hecho nada por Canarias y los canarios. Como ha quedado demostrado predicar el nacionalismo en base a utilizar argumentos carentes de rigor, espurios y de más que dudoso compromiso ético, no ha dejado de ser un buen negocio.
Al apasionado y repetido discurso de José Rodríguez Ramírez -otrora miembro destacado de la burguesía chicharrera- se han sumado una serie de advenedizos y falsos nacionalistas que se aprovechan de los amplios espacios concedidos en las páginas del diario no tanto para revelar todo lo que se sabe de los primeros pobladores de la Isla -el hombre guanche- sino para obtener rentabilidad política y la posibilidad, siempre buscada, de alcanzar un protagonismo inmerecido y nunca, jamás, otorgado por el pueblo. Bien es verdad que se salvan de esta quema aquellos románticos -que, afortunadamente, existen- que siguen manteniendo su fascinación por todo lo que tiene que ver con los guanches. Sólo desde este admitido romanticismo podría ser tolerado, tal como asegura el editorial de EL Día, que las mujeres guanches eran bellas. No sabemos si con Bestia o sin ella.
Asegurar, tal como hace Francisco García-Talavera, que desde los estudios científicos sobre el genoma humano se ha encontrado en el 60% de la población un marcador genético, el U6B1, procedente del guanche supone arriesgar mucho en medio de tanta publicación especializada que sigue manteniendo un prudente silencio con respecto al ADN. Porque, de la misma manera, García-Talavera debió mencionar que el ADN de los gorilas y chimpancés tiene el 80% del ADN del homo sapiens. Yo me hubiese quedado más tranquilo si el propio director de museos pusiese negro sobre blanco su árbol genealógico. Un árbol en cuyo tronco antes o después tendría que aparecer ese hombre aborigen utilizado para hacer propaganda.
Los editoriales de El Día responden a una estudiada planificación de la ignorancia a la que son afines casi todos los países de la América de habla hispana. Una América latina, colonizada y sometida a la aculturación española, en la que sí perviven pueblos indígenas con rasgos físicos definitorios como señal evidente de que comparten el mismo código genético. Yo no veo guanche alguno entre esas personas que lo defienden. Yo veo, en José Rodríguez Ramírez, a un español y europeo como la copa de un pino.

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