martes, 11 de enero de 2011

Espejismo

Por favor, no me pida usted que le enseñe la otra cara de La Luna porque carezco de medios para satisfacer sus deseos. Lo que yo si le ruego a usted, porque es que ando algo confundido, es que me ayude a entender la gravedad de esta crisis económica ya que esta mañana, esta misma mañana, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha manifestado ante el micrófono de una radio local que no se puede hablar de una crisis generalizada a la vista de cómo se ha visto a la gente comprar, comprar compulsivamente, por estas fechas pasadas. Y si le hemos prestado atención a las palabras del Presidente es porque uno ha escuchado a más de uno pronunciar en alta voz: ¿Crisis, de qué crisis me hablas si todo el mundo está comprando comida, ropa, juguetes…?
Pues mire usted, válido interlocutor, no suele ser corriente ver ratas recorriendo las calles, a la vista de todos, y, sin embargo, todos sabemos que en el seno de las alcantarillas se las puede encontrar a miles. Y claro es que no quiero comparar a los seres humanos con las ratas. Lo único que pretendo, con esta comparación descarnada, es dar a conocer que si bien hemos podido ver a cientos, miles, de personas comprando no hemos podido advertir, porque la dignidad les impide mostrarse a la luz pública, a las incontables familias que no han contado con un duro para comprar, ni tan siquiera la comida. Y ni el presidente, ni los que piensan como él, está legitimados para abordar la cruenta realidad de esta folclórica manera porque a su alcance están las listas del paro. Y los que no trabajan no tienen ingresos y, sin ingresos, los ánimos no están para salir y ver a los más afortunados despacharse a sus anchas en los grandes y pequeños almacenes. 
Y le digo a usted, desde el imperio de la lógica, que los que vieron a tanta gente comprando estaban también comprando. Donde no estaban, porque les colocaría en una situación incómoda, es en los comedores sociales o en los hogares donde no hay ni un yogur en la nevera. Y pocas cosas tan didácticas, tan convincentes y crueles, como haber invitado a comer por esas fechas a una de esas familias que está pasando hambre. Yo hice, por mor de la circunstancias de la vida, tal cosa y les confieso, con la mano en mi corazón, que se me cerró el estómago y me tuve que levantar de la mesa. Los fantasmas del pasado vinieron a visitarme y se me revolvieron las tripas. Es decir, que si ese argumento falaz sobre la crisis -que sí está entre nosotros como una plaga bíblica- sirve para que algunos tranquilicen sus conciencias mal hecho. Por mucho que lo intentemos la conciencia tranquila no podrá aniquilar el fallo justiciero del tribunal de la razón.
La tasa del paro en Canarias está situada en el 26,12% lo que supone una cifra de parados de 280.600. Para hacernos una idea más clara digamos que con los parados actuales podríamos llenar 12 veces, hasta la bandera, el estadio Rodríguez López. ¡Hay quién de más! Si a este colectivo de parados les hubiese dado por salir a la calle y ocupar los espacios de los grandes almacenes hubieran provocado un colapso circulatorio. Pero claro, por el hecho de no salir, de no hacerse notar, no existen. Y existirán menos el día próximo en el que se les deje sin ningún tipo de ingresos por obra y gracia del gobierno de Rodríguez Zapatero. Para la gente sensata en el horizonte vital se ve el éxodo de los sin pan canarios. Para el corto de vista la realidad queda desvirtuada por una conocida ilusión óptica: el espejismo.

1 comentario:

  1. Alberto, chapó por tu opinión al respecto, es la idea-metáfora que pretendía en B/S con el post "Inadvertido"; nuestro presidente y su esposa, hasta hace poco concejala de Asuntos Sociales de esta capital, no ven la realidad social en su integridad. Tantos asesores para esto, aparentar, que no infundir optimismo ante las elecciones de mayo

    ResponderEliminar